Las exportaciones de productos del mar de Rusia en 2020 tuvieron un valor de 4700 millones de dólares, una de las mayores exportaciones agrícolas de Rusia. Es el pescador número uno de abadejo de Alaska (Pollachius pollachius) y bacalao del Pacífico, y ocupa el segundo lugar detrás de Noruega en la captura de bacalao y eglefino del Atlántico (Melanogrammus aeglefinus), sin mencionar el cangrejo, que generó ventas de $ 509 millones durante 2021. Además de ser una fuente importante de productos del mar, Rusia también es un importador de langostinos.
Ecuador es su principal proveedor de langostinos, ocupando el puesto número seis en sus mercados de exportación ($ 128 millones en el 2021, un incremento del 70 % en el 2021). Estamos observando una fuerte devaluación del rublo por las medidas económicas adoptadas principalmente por USA, Canadá y los aliados de la UE, por lo que en mi opinión Ecuador debe buscar mercados alternativos, en lugar de correr el riesgo de grandes pérdidas que pueden acumularse al continuar vendiendo a Rusia.
La verdad es que esta guerra fue algo que nadie podía prever y que sin duda tendremos que entender en su contexto global, no solo por la devastadora pérdida de vidas inocentes y la conducta deplorable de un país como Rusia que se sintió incapaz de resolver este conflicto por la vía diplomática, sino por cómo podría impactar aún más el mercado de productos del mar y la economía en general. En algunos momentos, y más en un mundo globalizado, es inevitable mantener una postura neutral, y el mejor ejemplo es Suiza, conocida por su eterna neutralidad, que ha dado un paso al congelar activos de organizaciones y de la oligarquía rusa.
Somos de la idea que esta guerra nos afecta a todos, por lo que no asumir una postura ante un evento tan deplorable para quienes nos hemos criado en una cultura occidental, donde la libertad y la democracia es un valor fundamental, la apatía nos resulta no solo una posición injusta y cómoda, sino además poco ética. Digo esto a conciencia que no es nuestra intención golpear o castigar al pueblo ruso, quien será seguramente una de las víctimas más afectadas de las decisiones de sus lideres, sino en el contexto que la mayoría (sino todas) de las empresas que operan en este sector, y en casi todos los sectores de la economía rusa, están respaldadas por su gobierno (la nueva nomenclatura o nuevas oligarquías).