A lo largo de este 2022 se van a aprobar y publicar dos legislaciones que van a cambiar muchas reglas de juego para los envasadores en general, y los de alimentos en particular.
Ley de Residuos y Suelos Contaminados
– Objetivos de Reducción de los Residuos: aligeramiento de los envases y eliminación de dobles envasados y elementos prescindibles.
– Fomento de la Reutilización, el Reciclado y la Valorización de los Residuos.
– Impuesto especial a los plásticos vírgenes usados en los envases plásticos de un solo uso no reutilizables. Busca el fomento del uso se materiales reciclados y de la reutilización de los envases. Entrada en vigor en enero 2023. Exclusivo de España.
– Impuestos a los residuos depositados en vertedero o incinerados: Reducción de residuos, fomento de la valorización y el reciclado de estos.
La FIAB destaca los riesgos de que esta ley que está en fase de aprobación antes del verano y es transposición de Directivas europeas genere diferencias y costes y trabas al comercio intracomunitario. El impuesto al plástico virgen es solo una idea del gobierno de España. Las normas puedes resultar diferentes entre países europeos y ser de muy difícil cumplimiento para las exportaciones.
Real Decreto de Envases Y Residuos de Envases
- Todavía en fase de Proyecto se espera su publicación para el otoño. Este decreto persigue:
- Implantará medidas para cumplir con la Ley de Residuos.
- Impondrá obligaciones para toda la cadena de suministro, pero especialmente para los envasadores.
- Marcará objetivos que proyecta para 2025 y hasta para 2030.
Estos son algunas de las novedades que se esperan de más impacto. Las medidas y objetivos se agrupan en torno a 3 objetivos claves:
PREVENCIÓN = REDUCCIÓN
– Reducción de los residuos de envases en un 13% para 2025 y del 15% para 2030.
– Fomentar la venta a GRANEL siempre que esta sea posible
– Reducción del 50% de las botellas de plástico de un solo uso para 2030.
REUTILIZACIÓN
– Establecer Sistemas de Depósito y Devolución de Envases (SDDE) sobre todo para bebidas refrescantes y especialmente en los canales HORECA (hasta 50% en 2025), pero también en supermercados medianos y grandes (hasta 10%).
– Reutilización de envases comerciales e industriales.
– Reutilización de envases para uso doméstico, suministrándolos en la tienda para reusarlos, o incluso aceptando que el cliente los lleve de su casa.
RECICLADO
– Todos los envases deben ser reciclables para 2030, y en lo posible reutilizables.
– Aumentar el reciclado de los envases al 65% en 2025 y al 70% en 2030.
– Al menos un 25% de plástico reciclado en los envases para 2025, y un 30% para 2030.
– Fomento, mejora y financiación de los sistemas de recogida de envases.
Estos aspectos normativos van a tener trascendencia enorme en dos actividades que se vuelven claves para las empresas fabricantes y envasadoras:
EL DISEÑO: Debemos trabajar en la reducción del peso de los envases y la eliminación de lo superfluo, pero sin poner en peligro su integridad ni la seguridad alimentaria de su contenido. Los envases deben ser reciclables y en lo posible reutilizables. Deberemos incluir un porcentaje de material reciclado en su composición.
EL MARCADO: deberemos incluir elementos voluntarios como los materiales empleados, su porcentaje de material reciclado, su porcentaje de reciclabilidad… y otros obligatorios como su carácter compostable o reutilizable, así como el contenedor de destino para su reciclado.
Otra novedad muy importante es que introduce el concepto de RESPONSABILIDAD AMPLIADA DEL PRODUCTOR, por la cual responsabiliza a los fabricantes de que sus envases terminen fuera del circuito de reciclado como un residuo en la naturaleza. Esto supondrá un costo para las empresas envasadoras en concienciación y reparación de los daños, pudiendo tener que llegar a pagar parte de los gastos de recogida de esa basura.
Todas estas novedades pueden llegar a tener un gran impacto en las empresas. Máxime en España si se van en algunas medidas más lejos de las propias Directivas Europeas. Además, se adelanta a medidas que están todavía en discusión en Europa, corriendo el riesgo de no estar armonizadas entre diferentes Estados de la UE.
Sin duda esto tendrá un costo importante para las empresas, tanto por materiales como por obligaciones o impuestos. Por otra parte, puede en algunos casos poner en riesgo la Seguridad Alimentaria por el uso de envases retornables o domésticos no apropiados o la excesiva reducción de los envases o la generalización de la venta en granel.