Ganancias exorbitantes de las principales líneas marítimas durante la pandemia
En la famosa película “Wall Street”, el afamado actor Michael Douglas pronunció un discurso ante la junta de accionistas, donde acuño la frase “Greed is good” (que significa “la codicia es buena”). En la prestigiosa “newsletter” de Ken Salzinger (experto norteamericano de productos del mar) mencionan un artículo, publicado en Container News, donde afirman que “los transportistas marítimos globales experimentaron un aumento de los ingresos en el transcurso del año, que van del 83,9% para Maersk al 274,1% para WAN Hai. En términos de EBIT (ganancias antes de intereses e impuestos), las líneas navieras ganaron 37,240 millones de $ solo durante el tercer trimestre del año. Si a esto le sumamos los 42,10 mil millones $ de la primera mitad los operadores generaron casi 80 mil millones $ en ganancias operativas. Por cierto, esto no incluye a MSC, que es de propiedad privada y no tiene obligación de revelar sus ganancias. Sin embargo, para poner estos números en perspectiva, la ganancia operativa combinada para los años 2010-2020 fue de 37,86 mil millones $”. Aún más impresionante, cuando vemos que la mayoría de los transportistas han bajado sus volúmenes transportados a nivel mundial, en especial de las rutas transpacífico y Asia-Europa, en los últimos años, un indicador objetivo de que las altas ganancias de estas grandes multinacionales son un reflejo de tarifas de flete más altas y no del volumen de carga. Teniendo en cuenta todo lo anterior, no entiendo por qué las líneas navieras de contenedores han decidido aumentar las tarifas de manera exorbitante, especialmente durante una crisis por pandemia y los problemas que han provocado a la cadena de suministro en general. Lo que me lleva a preguntarme: “¿Quién paga todo esto? ¿Es ético `aprovecharse´ de las circunstancias para, a través de un evidente “oligopolio”, manipular las tarifas o fletes, no para salvar o procurar ganancias, sino para obtener la utilidad operativa más grande de la historia de esta industria?”
En respuesta a las cuestiones arriba planteadas, tenemos cinco países (EE. UU., Canadá, Australia, Nueva Zelanda y el Reino Unido) que están investigando posibles violaciones antimonopolio de la pandemia provocadas por las líneas globales de transporte de contenedores, donde se investiga “fallos en el servicio y precios injustos”. Los compradores alegan que las grandes empresas transportistas han “manipulado” la capacidad de su carga durante la pandemia a través de salidas diferidas y canceladas, así como otras medidas para justificar el aumento de las tarifas. Estos cinco países están llevando a cabo una investigación, que esperemos sea seria, por la conducta “anticompetitiva” que contribuyó a los problemas de la cadena de suministro. En años anteriores el Departamento de Justicia de los EE.UU. realizó una investigación similar, que cerró en el 2019 sin presentar cargos ni imponer sanciones. Posteriormente, en septiembre del 2021, los reguladores de China, la Unión Europa y Estados Unidos se reunieron y determinaron que hasta el momento no había evidencia de comportamiento anticompetitivo en el transporte de contenedores. Es por esto que albergo pocas esperanzas de que se tomen medidas para reparar este daño que se le causa a los consumidores en general. Todo este beneficio exorbitante se traduce en inflación, lo que es una especie de impuesto que debemos pagar todos. En mi humilde opinión lo menos que podemos hacer, quienes nos sentimos afectados por estar en este negocio de comprar y vender mercancía para satisfacer la demanda fuera de nuestras fronteras, es denunciar lo que considero una practica poco ética y más en tiempos de pandemia. ¡¡¡Amanecerá y veremos!!!