Este pequeño país centroamericano comenzó su producción de langostinos en 1969 con apoyo tanto del gobierno como de empresarios extranjeros. Sus primeras cosechas para exportación se lograron en 1984 y, desde ese momento, no han parado de crecer logrando una producción superior a las 35.000 toneladas en el 2021.
El sistema de producción hondureño es semi-intensivo (2 ó 3 ciclos por año). En el pasado se encontraron con enfermedades como el TSV y el White Spot Syndrome; no obstante, los protocolos de seguridad implementados por la Asociación Nacional de Acuicultores de Honduras (ANDAH) ha logrado mantener el nivel de calidad de su producción en las 24.500 hectáreas destinadas a este cultivo. El 80% de la producción pertenece a grandes empresas y el resto (20%) a los más de 400 acuicultores del país.
Honduras ha mostrado un compromiso con la sostenibilidad y cuenta con 10 empresas con certificaciones ASC. Se continúan haciendo grandes inversiones a través de asociaciones provocadas por ASC, el World Wild Fund, The Sustainable Trade Initiative. Honduras es de los primeros países en implementar el uso de DNA con tecnología de trazabilidad con el objetivo de incrementar la transparencia en la cadena de suministro.
Una de las principales características de la producción en Honduras es la capacidad para transportar vivo el langostino hasta la planta de procesado, logrando un fenómeno que ellos llaman “mimetización”, que logra un cambio de color más oscuro provocado por el estrés que sufre la especie. Muchas empresas están verticalmente integradas, por lo que se pueden permitir el lujo de aplicar este proceso. Este proceso lo aplican con mayor frecuencia las empresas que buscan el mercado taiwanés, con quien tienen firmado un acuerdo de libre comercio (FTA), que es capaz de pagar mejor sus cosechas y prefieren langostinos más oscuros. Honduras atiende el mercado taiwanés, norteamericano, europeo y también suministra esta especie a sus vecinos centroamericanos como Guatemala, Costa Rica y México.
Las empresas hondureñas han sido capaces de colocar su producción en el norte de Europa (+ 7,6 mil TM en 2020) debido a su serio compromiso con la sostenibilidad (ASC- Certified Products). Las ventas a los países del sur de Europa (España y Francia) son más bajas (1,3 mil TM) ya que su demanda se concentra en HOSO y para ello tienen una dura competencia, especialmente con Ecuador.
El futuro de Honduras luce prometedor para los próximos años; a pesar del incremento en los precios del diésel, los alimentos (piensos) y los fletes, siguen manteniendo un compromiso serio con la sostenibilidad y la trazabilidad, demandada por mercados sofisticados como el europeo y el taiwanés.