El amigo Willem Van Der Pijl comentó en su blog “Shrimp Insights” que de los datos mostrados en el Global Shrimp Forum, del pasado mes de septiembre en Holanda, lo que más le impresionó fueron “las futuras proyecciones de producción para la India y otros países asiáticos […] sobre el resurgimiento del langostino tigre negro en Asia” que podría convertirlo en el medio plazo en un factor importante en la producción y comercialización de langostinos.
Ken Salzinger nos recuerda que el Black Tiger fue hace unos cuantos años ya el “King of the Shrimp World”, pero fue desplazado por el langostino blanco o tropical por razones de precio. Ambos expertos concluyen que para que el Black Tiger regresé con fuerza al mercado es necesario que el precio entre ambos se acerque de tal manera que el consumidor pueda comprar un producto por su evidente diferencia en calidad y sabor. Hoy en día, Urner Barry nos muestra que para el mismo tamaño la diferencia está entre 1,5 y 1,8 dólares por kilo. Muchos en la industria están convencidos que los Black Tiger valen esa diferencia de precio, por lo que entrarán poco a poco en el mercado y, por ende, su producción crecerá.
Mr. Van Der Pijl confía en que “la resurrección de la cría de camarón tigre negro (Black Tiger) será posible debido a las mejoras en la genética de la especie y la inversión en la infraestructura requerida (BMC y criaderos) en importantes países productores como China, India, Indonesia y Vietnam.”
Por otra parte, para los agricultores asiáticos, que sobreviven con mucha dificultad en el negocio de crías extensivas de langostinos blanco, ésta podría ser una buena oportunidad para centrarse en una producción de langostino tigre negro menos intensiva en la capital.
La realidad es que desde la caída de la producción de camarón tigre negro en la mayoría de los países asiáticos prácticamente todos los productores semi-intensivos cambiaron a la producción de langostino blanco del Pacífico. Durante algunos años, muchos de los agricultores que hicieron la transición han podido obtener buenas ganancias. Sin embargo, con los suministros en constante crecimiento, los precios han bajado mientras que los costos de producción han aumentado, por lo que hoy vivimos una situación en la que solo los productores más eficientes pueden sobrevivir. Esto incluye invertir en tecnologías como alimentadores automáticos, sistemas de control de aireación y herramientas de estimación de biomasa, tanques y otros sistemas nuevos que requieren inversiones aún mayores.
Ahora bien, con el apoyo de expertos como Robins McIntosh, Senior Vice President de Charoen Pokphand Foods (CPF) que a pesar del alto costo de las investigaciones genéticas han persistido hasta lograr una especie de Black Tiger más productiva, con menos riesgos a enfermedades como EHP y APHNS, muy común en langostinos blancos en Asia en densidades de 10-20 piezas por metro cuadrado con menos aireación. La producción de Black Tiger ha pasado de 383.000 toneladas en 2019 a más de 546.000 toneladas en el 2021.
Empresas en India, Bangladesh, Vietnam y Madagascar se han tomado en serio la sustitución de cultivo de Black Tiger debido al creciente mercado, especialmente en China, por lo que se espera que la producción continúe subiendo. La empresa Vaishnavi Aquatech predice una producción de Black Tiger en la India para el año 2027 de 550.000 toneladas. Se prevé que para el año 2022/2023 se tengan preparadas en la India unas 60.000 hectáreas de cultivo de Black Tiger que deben crecer hasta unas 130.000 hectáreas para el 2026/2027.
En conclusión, la producción seguirá aumentado y los mercados que valoren esta diferencia en textura, color y sabor (y que puedan pagar por esa diferencia) se encargarán de absorber este incremento de producción. Sin embargo, no será fácil encontrar un mercado para “volúmenes de langostino tigre negro que excedan las 500 000 toneladas solo en el norte de Europa y Estados Unidos”. Tendrán que hacer grandes esfuerzos por convencer otros mercados como el de Japón y Oriente Medio, pero especialmente también en China, para colocar este aumento proyectado de producción a precios que le permitan a los productores continuar ganándose la vida mediante este tipo de cultivo.
(Información recopilada en el blog de Willem Van Der Pijl y los comentarios de Ken Salzinger.)