No cabe duda que la conciencia de los consumidores en torno a la sostenibilidad, incluyendo los problemas sociales en las cadenas de suministro de alimentos, está aumentando. En el sector de producción de langostinos los problemas de sostenibilidad, especialmente de acuicultura, están cubiertos por programas de certificación de terceros, como Best Aquaculture Practices (BAP), Aquaculture Stewardship Council (ASC) y GLOBAL G.A.P. Ahora bien, la mayoría de los que estamos en la industria asumimos que tener varias de estas certificaciones es suficiente; sin embargo, hay expertos como Hugo Byrnes, vicepresidente de productos en Ahold Delhaize, uno de los minoristas de alimentos más grandes del mundo con inversiones en Europa, EE. UU. y Asia, que han dejado claro (Global Shrimp Forum, celebrado en Holanda en el mes de septiembre 2022), que la industria del langostino se dará cuenta pronto del hecho de que las certificaciones no son suficientes, por lo que será necesario hacer más para cumplir con las regulaciones futuras y los requisitos adicionales del comprador.
Pensamos que el desafío más importante en la Industria de los Langostinos, en cuanto a la sostenibilidad se refiere, está vinculado al tema de la cantidad de alimento, así como los ingredientes utilizados, para cultivar el langostino, ya sea a base de plantas, animales marinos o terrestres; todos los ingredientes tienen su propio conjunto de riesgos y desafíos asociados. Si bien las certificadoras como ASC, BAP y GLOBAL G.A.P. tienen estándares de alimentación que sus proveedores certificados deben cumplir, ejecutivos de área de minoristas de alimentos piensan que se debe dar un paso más.
Hay tres áreas en concreto en las que los minoristas de alimentos considerarían endurecer los requisitos. Estas son:
- Reducir la dependencia de los ingredientes marinos.
- Garantizar que los ingredientes marinos restantes se obtengan de orígenes sostenibles.
- La trazabilidad de los ingredientes.
Ahora bien, todas estas medidas tienen un altísimo costo en investigación y desarrollo que es difícil de asumir, principalmente, por pequeños productores.
La pregunta obligada es: ¿quién pagará todos los costos adicionales asociados con hacer que la producción de langostinos sea más sostenible? Lo que estamos viendo en un futuro es que la conciencia del consumidor sobre la sostenibilidad y los problemas sociales seguirá aumentando, por lo que la inversión en estos temas puede dar al langostino la ventaja competitiva que necesita para convertirse en la proteína preferida por grandes grupos de consumidores en todo el mundo. Este enfoque podría, a su vez, crear la demanda de langostino de cultivo que se necesita para que los mercados absorban los aumentos significativos proyectados de la producción de camarón de América Latina, Asia y otras partes del mundo. En vista de lo anterior, pensamos que las inversiones en temas de sostenibilidad en la industria de langostinos no se deben ver como una carga o barrera sino, por el contrario, se deben asumir como una oportunidad para diferenciarse en el mercado. Es cada vez más necesario construir una cultura de sostenibilidad en la industria que potencie a la especie como una proteína animal de preferencia para todos los consumidores.
Fuente: Blog de GSF by Willem van der Pijl.