China prioriza de forma explícita su producción local para garantizar la demanda interna.
El 2022 no ha sido el mejor año para la economía de China. Aunque el IPC (índice de precios al consumidor) de China ha aumentado solo un 2% durante los primeros nueve meses del año, muy por debajo de los niveles de inflación observados en otras economías, la política de cero COVID de China, las protestas, la incertidumbre sobre la logística y una disminución general en el consumo de productos del mar, debido en parte a la debilidad de la demanda, ha perjudicado a los importadores de productos del mar.
En cuanto a los procesadores chinos, la UE no es tan buen mercado de destino como lo fue alguna vez, debido a la inflación y la debilidad de la moneda.
En China el precio de los productos del mar no ha subido como el de otros rubros, ya que los cierres obligaron a los consumidores a centrarse en alimentos más tradicionales, por ejemplo, carne de cerdo, frutas, verduras, etc., lo que provocó una demanda lenta de productos del mar y una menor oferta de estos.
Estoy convencido que China continuará volviéndose hacia adentro con respecto al suministro de productos del mar, reduciendo cada día su dependencia de las importaciones.