Ecuador es el primer país en exportar más de 1 millón de TM de langostinos (1.060.878 Kg), alcanzando ventas por valor de 6.653.184 $ (Fuente BCE) durante 2022. De esta enorme facturación, Ecuador vendió el 27 % de su producto a China, un 9% a USA, 2,7% a España y 1,6% a Francia.
La pregunta que nos hacemos es: ¿pueden seguir creciendo esta industria para superar las cifras en el 2023? Los empresarios ecuatorianos siguen mostrando su optimismo para este año. Si escuchas al segundo mayor exportador de langostino de Ecuador (Songa) la respuesta es sí, ya que estimó que la producción de Ecuador en 2023 crecerá un 20%.
No obstante, preferimos ser un poco más conservadores debido a que el Gobierno de Ecuador puso fin a los subsidios al diésel para las grandes granjas de langostinos, lo que seguramente afectará a los costos de producción. En este sentido, el presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA) de Ecuador declaró que la medida afectará seriamente la competitividad del sector a escala mundial, incrementando los costos de producción en 0,7 dólares por cada kilo, afectando el 82% de las áreas de producción de langostinos del país. Esta medida pone en riesgo de quiebra al 30% de ellas. Esto es un problema muy serio si consideramos que la industria de cultivo de langostinos supone el segundo rubro de exportación para el país, detrás del petróleo, y que generó 5.080 $ y 6.653 $ millones en los años 2021 y 2022, respectivamente.
Por otra parte la CNA manifiesta su malestar con otras medidas que afectan la competitividad de sus productos en el comercio internacional, como por ejemplo: “El Gobierno nos obliga a comprar soja local (para alimento de langostinos) que es un 50% más cara que la soja importada”. La mayoría de los expertos en este negocio tan complejo piensan que, aunque estamos ante un mercado altamente competitivo, especialmente con los países asiáticos, Ecuador seguirá creciendo (aunque quizás no a un ritmo como el mostrado en el 2022).
Pensamos que Ecuador mantendrá su posición de líder exportador en el mercado mundial gracias a las inversiones en tecnología genética y de sistemas de inteligencia artificial para mejorar el rendimiento en cuanto a la producción, de manear que el país será capaz de mantener su competitividad frente a otros competidores.