Si bien es cierto que los sistemas RAS permiten reducir el consumo de agua, aprovechar mejor los piensos, lo que hace que mejore el rendimiento de la producción, también debemos mencionar que la producción de langostinos tropicales en sistemas RAS no son competitivos en precios con los que se producen en sistemas tradicionales debido, principalmente, al alto coste energético.
El Penaeus vannamei o Langostino Blanco (Tropical) es el crustáceo más producido en acuicultura gracias a sus excelentes propiedades nutricionales, su gran resistencia a enfermedades, alta tolerancia a diversos ambientes, rápido crecimiento y, por supuesto, su aceptabilidad por el consumidor y precio.
Hasta ahora, su cultivo se ha realizado en sistemas extensivos y semi-intensivos en grandes estanques en cerca del más del mar, especialmente en ambientes cálidos y desembocaduras de ríos al mar (Ej. Ecuador, Venezuela, Indonesia). Estas condiciones solo se presentan en países cálidos en vías de desarrollo (mano de obra económica) con climas tropicales.
Esto podría cambiar en el medio y largo plazo gracias a los sistemas de recirculación en acuicultura (RAS, por sus siglas en inglés). Varios son los beneficios que se consiguen cultivando los langostinos en sistemas RAS. Entre otros, un mejor control de los parámetros de calidad y bienestar, una reducción del recambio de agua y, lo más importante, un mejor rendimiento productivo gracias al mejor aprovechamiento del alimento y menor posibilidad de enfermedades.
Al tratarse de cultivos bajo techo con un alto control de las condiciones ambientales, este tipo de instalación se puede ubicar en cualquier parte de Europa o Norteamérica. Además, los RAS ofrece oportunidades para mejorar la gestión de residuos y reciclar nutrientes.
Se invierte mucho dinero para conseguir bajar el costo por kilo de las proteínas obtenidas bajo este sistema. Estas iniciativas responden a la preocupación de la FAO, que estima que “es necesario aumentar el suministro mundial de proteínas en unos 200 millones de toneladas de carne y mariscos a casi 500 millones de toneladas para 2050 con el fin de alimentar a la creciente población mundial, que se estima que alcanzará los 9100 millones de personas para entonces”. Teniendo en cuenta las estimaciones de la FAO del consumo medio anual de pescados y mariscos, la demanda prevista de pescado para consumo humano será casi el doble de la actual, por lo que se espera que la acuicultura proporcione más del 70% del volumen.
Otra razón que impulsa las inversiones, a veces traducidas en subsidios para investigación y desarrollo, se debe a un enfoque cada vez mayor en la sostenibilidad por parte de las organizaciones internacionales y los consumidores por igual. La ONU ha fijado 17 objetivos (ODS) al respecto, y algunos de estos se relacionan con la producción de alimentos, la pesca y la acuicultura. Sin duda que los RAS brindan oportunidades para abordar varios problemas de sostenibilidad, como la reducción del uso de agua y mejora de la gestión de residuos.