El acuerdo de las Naciones Unidas es un paso significativo hacia la protección de la biodiversidad bajo la creciente amenaza del cambio climático, la sobrepesca y la minería de los fondos marinos, según recogió el New York Times.
Después de dos décadas de planificación y conversaciones que culminaron en una carrera agotadora en los últimos días en Nueva York, una gran mayoría de naciones acordaron un lenguaje para un tratado histórico de las Naciones Unidas que protegería la biodiversidad oceánica.
Dado que la vida marina se enfrenta a las amenazas del cambio climático, la sobrepesca, la posibilidad de minería en los fondos marinos y otros peligros, el tratado permitiría crear áreas marinas protegidas y promulgar otras medidas de conservación en «alta mar» (aguas internacionales), la inmensa extensión de océano que cubre casi la mitad del mundo. Los océanos abiertos del mundo no tienen un organismo o acuerdo internacional cuyo enfoque principal sea la protección de la biodiversidad marina. Si se promulga, este tratado cambiaría eso.
¿Qué son los océanos abiertos u océanos en alta mar?
Las naciones generalmente controlan las aguas y el fondo del mar que se extienden hasta 200 millas náuticas desde sus costas. Más allá de esa distancia está alta mar, un área que no está sujeta a las leyes o al control de ninguna nación concreta. Las aguas de alta mar abarcan casi la mitad de todo el planeta Tierra.
Alta mar es el principal hogar de especies de toda la cadena alimentaria, desde el fitoplancton hasta los grandes tiburones blancos. Gran parte de la vida marina que se encuentra más cerca de la costa en aguas nacionales (incluidas especies de atún y salmón, tortugas marinas y ballenas) también pasa gran parte de su vida en alta mar. Ese hecho subraya la necesidad de colaboración internacional sobre formas de proteger a las especies que necesitan ayuda. Los animales, después de todo, no reconocen las fronteras nacionales.
¿Qué está en juego en alta mar?
“Nuestro océano ha estado bajo presión durante décadas”, dijo António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, en un comunicado mientras animaba a los delegados a llegar a un acuerdo. “Ya no podemos ignorar la emergencia del océano”.
La sobrepesca y el cambio climático son las principales amenazas para la biodiversidad marina. Los tiburones y rayas que viven en mar abierto, por ejemplo, han disminuido en más del 70% desde 1970, según una evaluación global.
Están surgiendo nuevas amenazas para la vida marina a medida que las personas buscan en el océano la extracción de minerales valiosos y posibles formas de «secuestro de carbono», que implican esfuerzos para encerrar el dióxido de carbono y mantenerlo fuera de la atmósfera, siendo esta acción una de las principales contribuyentes al calentamiento global.