Ocean Seafood, una organización de UK, está trabajando para incorporar el camarón rojo argentino como un nuevo producto del mar básico en el mercado alimentario del Reino Unido.
Para ellos este producto se compara con la langosta por su dulzura y textura jugosa que le da un sabor fresco. Estos langostinos tienen dos temporadas principales de pesca, que se extienden desde junio hasta marzo, lo que garantiza un precio estable. Para Ocean Seafood, el hecho de que esta especie sea capturada de manera sostenible le da prioridad sobre otros langostinos de cultivo.
Ocean Seafood recomienda trabajar solo con aquellas empresas que están certificadas, para garantizar un proceso sostenible.
Es importante resaltar las virtudes nutricionales de esta especie, al ser una opción de proteína más saludable en comparación con las opciones estándar como pollo, cerdo o ternera. El langostino rojo se procesa mediante un proceso sostenible, en cambio las otras carnes se desarrollan en ambiente no sostenibles, que consumen recursos y emiten gases de efecto invernadero. Estas comparaciones sirven para entender que existen alternativas más saludables para una dieta bien equilibrada.
Los langostinos, en general, son un componente saludable en una dieta. Un alimento con un “alto nivel de proteína y bajo contenido en grasa. La amplia gama de vitaminas y minerales en los langostinos es lo que comprende su gran valor nutricional, ofreciendo cantidades saludables de vitamina B12, yodo, hierro, potasio y zinc. Sus niveles prominentes de ácidos grasos Omega 3 son un gran componente para aquellos que buscan aumentar el flujo sanguíneo y combatir enfermedades relacionadas con el corazón. Rico en selenio, colina y vitamina E, el langostino rojo argentino también tiene nutrientes antioxidantes y antiinflamatorios como la astaxantina, que ayudan a proteger las células contra el daño de la piel y, en consecuencia, reducen los signos del envejecimiento”.
La pesca en agua dulce y la reducción de las capturas incidentales ayudan al modelo ético y sostenible. Sin certificaciones de sustentabilidad “corremos el riesgo de falta de regulación, lo que desembocaría en el agotamiento de la gamba roja argentina capturada en la naturaleza. El conocimiento de la temporada de pesca y trabajar solo con pescadores que se adhieren a las prácticas sostenibles garantiza la máxima productividad, al tiempo que permite que los peces se repongan de manera sostenible”.