La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) recomienda comer mariscos y pescados, como mínimo, tres veces a la semana, una ración más de las que sugería en el 2020. Lamentablemente está ocurriendo todo lo contrario debido a la inflación y la recesión provocada por efectos de las guerras y la decisión del gobierno de no reducir el IVA para estos productos, una medida que potencia el consumo de otras proteínas.
El estudio de AESAN no solo habla de los efectos nutricionales saludables de los pescados y mariscos, sino de los efectos medio ambientales positivos que implica la producción de estos alimentos. El estudio cita que “existe una amplia evidencia de los efectos beneficiosos del consumo de pescado (mariscos) sobre la salud, fundamentalmente debido a su contenido de ácidos grasos y a su proteína magra”.
El pescado y los mariscos son ricos en Vitamina D, yodo y selenio, y bajo en grasas saturadas. Los mariscos, por otra parte, aportan vitaminas B1 y B2, y minerales (fosfatos, potasio, hierro, fluor, yodo y zinc), y poseen un contenido alto en proteínas y bajo en sodio, grasas saturadas y calorías.
Otro estudio de AESAN demuestra como el consumo de 100 gr diarios de pescado (mariscos) se asocia con una disminución de 8 % de mortalidad prematura, un 25 % menos de riesgo de mortalidad cardiovascular y un 12 % menos de riesgo de sufrir depresión. Además de loa anterior, AESAN nos habla de los efectos metabólicos del consumo de pescados y mariscos, ya que tiene un impacto beneficioso en el funcionamiento de la tiroides, mejora el peso saludable, el metabolismo de la glucosa, disminuye la presión arterial y ayuda a preservar la masa muscular. Sumado a lo anterior, se ha demostrado que el consumo de estos productos disminuye el riego de desarrollar cáncer colorrectal.
(Tomado de la revista Conxemar Oct 23)