¿Sabes qué es la economía azul?

En términos generales, la economía azul es la gestión sostenible de todo lo que nos ofrece el mar. Cuando hablamos de mar nos referimos no solo a los productos que se pescan o capturan en nuestros océanos, sino a la potencialidad de los negocios como la energía eólica y solar que se produce con la fuerza de nuestros mares.

Es importante entender que el 40% de la población global vive cerca de las costas y seguramente irá en aumento en los próximos años. El pescado, los mariscos y las algas son una de las fuentes de alimento más importantes: éstas suman el 17% de todas las proteínas ingeridas en el mundo por los seres humanos y más del 50% en los países en vías de desarrollo. La ONU estima que cerca de 300 millones de personas viven de trabajos relacionados con la pesca y la acuicultura, negocios que generan entre tres y seis billones de dólares al año.

La diferencia de la economía azul con la verde radica en que la economía azul depende solo de lo que ofrecen nuestros mares. Según explica Gunter Pauli, experto en sostenibilidad, la principal diferencia entre ambas es que la economía azul busca la eficiencia, aprovechando los recursos disponibles sin aumentar el precio de los costes ni para las empresas ni para los consumidores; mientras que la economía verde, generalmente, conlleva una mayor inversión por parte de las compañías y esto repercute en el usuario final, quien debe pagar un mayor precio por obtener un bien o servicio producido con sostenibilidad y responsabilidad.

Según el Banco Mundial, la economía azul “busca promover el crecimiento económico, la inclusión social y la preservación de los medios de subsistencia y, al mismo tiempo, garantizar la sostenibilidad de los océanos y las zonas costeras. Entre los sectores de la economía azul se incluyen: los recursos vivos marinos (animal y vegetal), la extracción marina de recursos no vivos (minerales), el transporte marítimo, las actividades portuarias, la construcción, la reparación naval y el turismo costero.

La Agenda 2030 en sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), establece “el objetivo de conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible estimando que, para solucionar estos desafíos, es necesario incrementar la inversión en investigación científica y tecnológica marina”.

Beneficios que aportan los océanos

Según la ONU, los ecosistemas marinos mantienen la salud del planeta y sostienen el bienestar social a través de los siguientes servicios ecosistémicos:

  • La vida que contienen genera la mitad del oxígeno que respiramos y absorbe el 26% de las emisiones de dióxido de carbono de origen humano.
  • Las dinámicas oceánicas determinan en gran medida los patrones climáticos globales y contribuyen a regular el transporte de calor en nuestro planeta.
  • La pesca no solo es una actividad económica, sino que es uno de los escudos frente a la inseguridad alimentaria en los países de ingresos más bajos.
  • Los ecosistemas costeros y las zonas intermareales son las barreras más efectivas de las poblaciones costeras frente a la subida del nivel del mar y el impacto de las tormentas.
  • Los océanos son, además, fuente de cultura y un elemento de identidad poderoso para la mayoría de los pueblos del planeta Tierra.

En conclusión, el concepto de economía azul se dedica a explicar el papel de los mares como fuente económica y la gestión eficiente de sus recursos, conservando y restaurando los ecosistemas dañados e introduciendo innovación que colabore con el aprovechamiento sostenible en el futuro.

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