Rabobank anuncia que «se espera que la industria del camarón se ajuste a la realidad de los bajos precios y el exceso de oferta desacelerando el crecimiento de la producción del 0% al 3% interanual en 2024, en un esfuerzo por reequilibrar el mercado global».
Rabobank es la entidad que más invierte en el sector en cuanto a entender el comportamiento económico de la industria y el flujo de los mercados de langostinos 2024. Esta entidad proyecta que el año 2024 será turbulento para la industria debido a los problemas de exceso de oferta y que, sin duda, será Ecuador quien seguirá liderando el camino con un crecimiento de la oferta del 5%, una caída considerable respecto del 12% que tendrán en el 2023.
Un factor a considerar es el impacto de El Niño, que podría plantear serias amenazas a la industria durante la primera parte del año. Rabobank ve incertidumbres que afectan a los productores asiáticos de langostino debido a problemas de rentabilidad, especialmente Vietnam, Tailandia e Indonesia que han visto bajar su producción de manera significativa en el 2023.
Los bajos precios globales han provocado cambios sustanciales en la industria, como lo son el cierre de fincas y la consolidación de grandes grupos que pueden sobrevivir por un tema de economía de escala. Estamos convencidos que llegará un momento en el que los precios dejen de caer, pero eso no solo depende de la reducción de la oferta, sino de la recuperación de la demanda mundial, en especial de USA, UE y China. Rabobank ya proyectó un crecimiento en la producción de langostino en todo el mundo y la verdad es que no estuvo muy acertado, con excepción de la previsión sobre Ecuador, que no para de crecer.
Pensamos que es poco probable que los precios se recuperen en el corto y medio plazo. Hemos visto como incluso en temporada (campaña) navideña, donde los precios normalmente se fortalecerían en el cuarto trimestre, esto no ha sucedido, lo que indica que todavía hay altos volúmenes de inventario. Todos esperamos que el mercado se estabilice y tanto productores como procesadores se puedan mantener en un mercado que les permita, si bien no crecer al ritmo de los años anteriores, por lo menos mantener el negocio saludable financieramente.