El ecopostureo o greenwashing

Se ha demostrado que en 4 de cada de 10 etiquetas «verdes”, sus anuncios de “sostenibilidad” o bien son falsos o dan información engañosa con fines comerciales.

Según un estudio de la Comisión Europea, el 53% de los anuncios en las etiquetas son vagos, engañosos o infundados, por lo que se deben crear “Sellos Oficiales” que garanticen las características de los productos y así proteger a los consumidores. La realidad es que hay empresas que se dedican a engañar a los consumidores a través de anuncios falsos de virtudes o cualidades “sostenibles” que no se pueden comprobar.

El término greenwashing es aceptado mundialmente como la practica engañosa de atribuir condiciones ambientales o sostenibles a un producto que no las tiene con el único fin de vender más o subir el precio. Esta practica abarca todo tipo de productos, desde coches eco-friendly o sostenibles hasta alimentos naturales que usan etiquetas “Bio” o “Ecológicas” sin que exista un cambio real en la forma de producirlos que les otorgue esta condición “especial”. La verdad es que muchos productos ya eran “Ecológicos” o “Bio” antes que estos términos asociados a la sostenibilidad se pusieran de moda, y ahora que el consumidor parece estar dispuesto a pagar más, se aprovechan para destacar esas cualidades.

Hoy en día se habla en diferentes foros de Sostenibilidad, Combustibles Verdes, Economía Azul, Ecológicos, y muchos otros términos que procuran diferenciar a los productos y que marcan una tendencia de compra. Los productos que realmente logran las Certificaciones Oficiales de Sostenibilidad (Bio) suelen ser más costosos, ya que su producción es generalmente más limitada y los costes asociados son mayores.

El continente europeo va a la vanguardia para proteger a los consumidores. Este grupo de consumidores generalmente pertenece a los estratos sociales más altos o con mejor educación y poder adquisitivo. Para ello la Comisión Europea que trata este asunto ha aprobado, con una gran mayoría, una ley para combatir el Greenwashing. Han clasificado 230 categorías de sostenibilidad que califican a los productos. Muchas veces esta clasificación es necesaria para acceder a ayudas que permitan expandir su producción (economía de escala) o hacerla económicamente sostenible. El objetivo es erradicar los falsos sellos verdes por unos legales y serios. Hoy por hoy la mitad de las etiquetas verdes tienen información muy débil o inexistente, por lo que se procura tener procedimientos rigurosos que generen credibilidad por algo sostenible que realmente lo sea.

España, gracias al apoyo de eurodiputadas del PSOE, como Laura Ballarín Cereza y otros miembros de las Comisiones de Medio Ambiente y Protección a los Consumidores, han dado pasos importantes para combatir el “ecopostureo” y posiblemente se logre adelantar medidas en su ordenamiento jurídico que protejan a los consumidores ante estas prácticas engañosas.

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