¿Qué son los residuos orgánicos y cómo gestionarlos?

El aceite de freír croquetas, la monda de un plátano o los restos de poda de un geranio del balcón. Todos son residuos orgánicos, desechos de origen biológico que cuando se pueden descomponer de forma sencilla los llamaremos biorresiduos. Su reciclaje puede convertirlos en compost, biogás o fertilizantes orgánicos.

Puede que hayan cambiado los protagonistas, pero el ciclo de la vida lleva millones de años reproduciéndose sin apenas cambios en todo el planeta. En él, nada se echa a perder. Lo que son desechos para unos son alimentos para otros. La escala de la cadena trófica es cada vez más pequeña, hasta que los residuos vuelven a transformarse en las diminutas partículas químicas que dieron origen a todo. Y, así, la economía circular de la naturaleza se pone de nuevo en marcha. Los seres humanos llevamos décadas intentando replicar estos procesos e incluirlos en nuestro sistema económico, pero está resultando más difícil de lo esperado.

Algunos residuos son, directamente, difíciles de devolver a la naturaleza, como sucede con los plásticos. Con otros simplemente hemos roto el círculo natural de descomposición, como con los residuos orgánicos que se producen en nuestras cocinas o en la cadena de la industria alimentaria. Pero, ¿qué son los residuos orgánicos y qué tipos existen? ¿Y cómo podemos gestionarlos de forma que reduzcamos su impacto medioambiental y aprovechar todo su potencial?

(Tomado de Newsletter del BBVA)

 

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