Sin lugar a dudas, la percepción de precio alto y la conveniencia son las causas del menor consumo, según recoge el portal mispeces.com
Algunos datos de interés:
Los españoles siguen liderando el consumo de productos pesqueros en la Unión Europea, con un 64% de la población que afirma comer pescado o marisco al menos una vez por semana en casa, muy por encima de la media europea del 29%, según revela el último Eurobarómetro publicado por la Comisión Europea. Los datos también muestran una tendencia a la baja preocupante en la frecuencia de consumo, en línea con la situación general en la UE.
España es el país con el mayor porcentaje de ciudadanos que compran pescado al menos una vez por semana (54%, frente al 23% en la media europea). Además, también lidera el consumo fuera del hogar, con un 22% de españoles que afirman comer estos productos en restaurantes, cantinas o bares semanalmente, mientras que la media comunitaria es del 9%.
Precio: un 51% de los españoles reconoce haber percibido un aumento en los precios recientemente y un 41% afirma que su consumo de estos productos ha descendido como consecuencia de esta subida.
Eurobarómetro: el coste de los productos pesqueros se ha convertido en el factor más influyente en la decisión de compra (55% de los consumidores lo consideran determinante), superando incluso la apariencia del producto (52%). Esto ha llevado a un aumento en la compra de productos congelados y enlatados en detrimento de los frescos, debido a su mayor accesibilidad económica y comodidad.
La cercanía al mar también juega un papel clave en la frecuencia de consumo. En Europa, un 79% de quienes viven a menos de cinco kilómetros de la costa consume pescado al menos una vez al mes, frente a un 49% de quienes residen a más de 200 kilómetros del litoral. Además, la preferencia por productos capturados en estado salvaje es mayor entre quienes viven cerca del mar (43% frente al 27% de quienes viven en zonas alejadas de la costa).
La importancia del etiquetado: en toda la UE, la información más valorada en los productos pesqueros es la fecha de caducidad, el nombre de la especie, el método de producción (pesca salvaje o acuicultura) y el origen del producto. Además, un 69% de los consumidores considera importante que se incluya la fecha de captura o cosecha.