En el último mes, la pesca del langostino rojo argentino ha enfrentado una crisis significativa debido a conflictos entre cámaras empresarias y sindicatos, lo que ha paralizado la flota y retrasado la temporada de captura.
La falta de acuerdo sobre costos laborales y precios de exportación ha generado pérdidas estimadas en 600 millones de dólares, afectando a más de 46.000 empleos directos. La disputa se centra en la reducción de los «premios de producción» de los marineros, mientras que las empresas argumentan que los costos han aumentado y el precio internacional del langostino ha caído.
Además, la competencia con el langostino de criadero, que ha aumentado su producción global, ha presionado los precios a la baja, afectando la rentabilidad del sector.
A pesar de la crisis, el langostino patagónico sigue siendo el producto estrella de la pesca argentina, representando cerca del 60% de las exportaciones pesqueras. Sin embargo, la falta de actividad amenaza con reducir los ingresos del país y afectar la economía de las comunidades costeras.