¿Será realista un crecimiento proyectado del 9 % de la producción?
Observando la terrible crisis generada por el Covid-19, especialmente en la India, siendo este uno de los mayores exportadores de Langostinos del mundo, dudamos que se cumplan las proyecciones de crecimiento de la producción mundial de un 9 %.
La India superó el millón de infectados de Covid-19 en tan solo 3 días. Los números de contagios empeoran día a día, con cifras que superan los 400 mil contagios diarios. Esto ha ocasionado, entre muchas otras cosas, que los agricultores indios comiencen las cosechas de Vannamei más temprano de lo normal, obteniendo menos volumen en peso y una gran cantidad de tallas pequeñas. A pesar que las autoridades indias llaman a la calma para evitar que la oferta de tallas pequeñas supere la capacidad de las procesadoras, es inevitable que todos traten de salvar su producto.
Por otra parte, Ecuador también atraviesa un repunte en contagios de Covid, que, si bien las autoridades tratan de minimizar, es muy probable que afecte la producción. Indonesia, más estable en cuanto al covid-19, no ha cumplido con las metas propuestas, aunque vemos como sus exportaciones a Estados Unidos aumentan en sustitución de la cuota de la India. De los grandes productores, solo Vietnam parece mantener el ritmo de crecimiento; sin embargo, dudamos que ese optimismo dure mucho tiempo si China mantiene una política enfocada a fortalecer su producción interna para evitar dependencia de importaciones de Vietnam, India y Ecuador.
China, que es el principal comprador de Langostinos mundial, está buscando la manera de disminuir sus importaciones de mariscos, por lo que el gobierno chino está tomando medidas en dos sentidos distintos. Primero, mediante mecanismos de formación a los agricultores chinos para aumentar su producción y mejorar sus estrategias de marketing con foco en el mercado local. Segundo, los chinos están trabajando para hacer cada vez más difícil en acceso a los competidores internacionales, emplazando además a los compradores locales a comprar más a productores chinos. La reducción en las importaciones aumentará los precios locales y esto será en beneficio de los productores chinos para abastecer su propio mercado.
Otra de las causas que atenta contra la exportación a China es su política de revisión o búsqueda de contenedores infectados con Covid-19, que además agrava la crisis mundial de suministro de contenedores. Esto es un tema importante que ya hemos visto con langostinos procedentes de la India y Ecuador (y más reciente de Argentina), que son reprocesados en China. No es ningún secreto que no hay un mercado del tamaño de China, por lo que cualquier cambio que dificulte su suministro a este país puede causar una sobre oferta que afecte los precios a nivel global.
Por lo antes mencionado, hemos visto como las importaciones chinas de langostinos Vannamei en los tres primeros meses del año han caído un 13 %, lo que equivale a 135 mil toneladas. Es curioso como Ecuador mantiene su empuje en este mercado a costa de otros importadores como Vietnam, Tailandia, India y Argentina. La pregunta es: ¿qué va a pasar con la producción de Vietnam (930 mil toneladas) si pierde presencia en el mercado chino? Es difícil que esa producción se pueda colocar en gran proporción en la UE, basado en el nuevo acuerdo impositivo logrado entre ese país y Europa, y por las limitaciones que sigue teniendo por inspecciones rigurosas de sanidad de la UE en ese mercado, por lo que seguramente pasara a competir con la India por una tajada del mercado estadounidense.
En conclusión, es muy difícil pronosticar que la producción aumentará al mismo ritmo que en años anteriores tanto por la presencia del Covid-19 como por los cambios que presenta la demanda. Lo que si es cierto es que este año se ha visto una recuperación en los precios en los mercados europeos y americanos, que nos estamos tampoco seguros que se puedan mantener durante todo el año en vista a los movimientos que vemos en el mercado chino. A mi entender, todo dependerá de las políticas de producción y consumo de China, y la lucha en los mercados de gran consumo (UE y USA) por sustituir la producción de la India.